La niñez de la brujita Lapitia se desvaneció muy pronto. Era una niña sin padres, vivía en las entrañas de un bosque espeso, se alimentaba de los frutos de los árboles y de las flores rojas que crecían en los prados. Como estaba sola, la naturaleza quiso que la pequeña perdiese su niñez muy pronto y así, la bruja, se convirtió pronto en una mujer adulta. Cuando cumplió veintinco años decidió construirse una casa de madera. Ese mismo año fue el primero que Lapitia pisó el pueblo y vio a los demás seres humanos. Estos la vieron a ella y se asustaron. El miedo era lógico: habían visto a una mujer hermosa cubierta de harapos, con el pelo revuelto y los pies descalzos.
Aquel día una mujer ancianda, encorvada, le acercó su bastón a la altura de su pecho, se lo dio, y le djio:
- Tú te llamas Lapitia y estás maldita. Tu maldición es que jamás podrás tocar a ningún ser humano. Has sentido el calor de los árboles y de las flores, has construido un hogar cálido, pero jamás podrás sentir el calor de un ser humano.
Lapitia conocía a esa anciana encorvada y también conocía el bastón que le había dado. Sin embargo, desconocía aquellas palabras y sintió que aquella maldición era cierta.
jueves, 3 de febrero de 2011
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Muy chulo, lo que has escrito.
ResponderEliminarEl header es precioso.
Un saludo
Muchas gracias. Me alegra mucho que te guste. Y gracias también por el comentario sobre el header! Saludos!
ResponderEliminarPues lo leere.
ResponderEliminarGracias por pasar.
Un saludo
Muy bonito, me ha gusta mucho el relato.
ResponderEliminarTe invito a conocer mi blog:
http://gretelovegood.blogspot.com
Gracias y saludos
Muchas gracias Gretel. Y gracias también por invitarme a tu bosque mágico. Un saludo!
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