lunes, 10 de enero de 2011

La flor roja

Lapitia había nacido en el seno de una flor roja. Un día de primavera los pétalos de aquella flor se abrieron y una niña de ojos verdes abrió los brazos al mundo. Se irguió pronto en el interior de la flor y se deslizó con sus pequeñas piernas por el tallo. Pronto aquella niña de pelo rojizo depositó sus piececitos sobre la tierra húmeda a causa del rocío. Recién nacida, caminó a lo largo del bosque en el que había visto la luz por primera vez. Fue entonces cuando la flor, vacía, sin ningún cuerpo ya en su interior, se marchitó, sus pétalos se cayeron muy despacio y Lapitia, la niña rojiza, se volvió hacia el ser que le había dado la vida, tomó uno de los pétalos caídos y lo masticó. Porque aquel bebé ya tenía dientes. Aquel bebé que ya sabía andar era una bruja.