jueves, 2 de diciembre de 2010

El nombre

    - Mi niña querida,- dijo Lapitia en un susurro- tu nombre será especial. Sólo tú te llamarás así en el mundo. Te llamarás Rosagrís. Te encontré mientras buscaba mis pétalos de rosa y tienes el pelo tan gris como mis ropas. Te aseguro que este nombre será tan especial en tu vida que te protegerá para siempre.
    Todas estas palabras las pronunció mientras arropaba a la niña para que durmiese de nuevo. El joven Pérdidu ya se había marchado y las dos estaban solas, rodeadas por la oscuridad de la noche.
   Pérdidu era un muchacho impetuoso y casi la había descubierto. Había sido difícil para Lapitia ocultar a la pequeña. Era una suerte que la niña no llorase. A veces gruñía o se quejaba levemente cuando tenía hambre, pero no hacía demasido ruido.Seguro que Pérdidu había confundido los pequeños quejidos de Rosagrís con los maullidos del gato. Era una suerte que la pequeña Rosa fuese tan silenciosa. Por eso Lapitia, que todavía no la había tocado, se permitió darle un beso en la frente a la pequeña. Después calentó un tarro de leche sobre el fuego. Muy pronto la niña dejaría de dormir y pediría su cena.

3 comentarios:

  1. Hola, bello blog,preciosas entradas, te encontré en un blog común, si te gusta la poesía te invito al mio,será un placer,es,
    http://ligerodeequipaje1875.blogspot.com/
    muchas gracias,buena tarde,besos.

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  2. escribes tan tan bien, es un lujazo leerte, creo que eres realmente maravillosa.:)

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  3. Gracias Don Vito. He leído varias entradas de tu página y me parecen muy lindas. Gracias por leer las mías.

    Patty! Muchísimas gracias guapa! De verdad que tus palabras me animan a seguir. Un besazo.

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